20 - abril - 2024

Denuncian que carabineros mantuvieron secuestrada a hija de Werken Mapuche de Pargua

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«La verdad es que cuando vi que de carretera pasamos a camino de tierra, me acordé de Wenante o Wenu Antu, (el caso del único detenido desaparecido en democracia, José Huenante) el caso que ocurrió el 2005 en Pto. Montt donde hasta el día de hoy sigue un joven desaparecido y donde tuvo participación directa personal de Carabineros, y pensé que nos iban a matar. Ahora suena ridículo pero en el momento fue desesperante». (fotografía de Eduardo Burgos de La Estrella de Chiloé)


Puerto Montt, 06 de abril de 2016. (radiodelmar.cl)– Organizaciones Mapuche Huilliche de Pargua y de Chiloé reiteraron su demanda para que se esclarezca la responsabilidad de carabineros en un hecho que calificaron como secuestro de una joven hija del werken de la comunidad Pipiukelen, cuando en diciembre pasado la mujer fue subida a un carro policial y retenida por algunas horas.

La jovén afirmó que el 30 de diciembre de 2015 fue a estampar una denuncia a Carabineros de Chacao por el maltrato que recibió en un local comercial del lugar, pero los policías la insultaron y golpearon, la sacaron a la fuerza del cuartel y la subieron a una carro policíal donde la vendaron y la anduvieron trayendo por carretera y caminos sin pavimentar.

Por parte de Carabineros, la teniente Karen Vivanco, de la Primera Comisaría de Ancud, señaló al diario La Estrella de Chiloé que «la información que tengo es que hay un sumario que se ha reabierto, por un reclamo presentado por el señor Francisco Vera Millaquén, que manifestó que en dependencias de la Tenencia había sido maltratada su hija, así que se está investigando en la Fiscalía Administrativa de Carabineros».


Esta es la declaración de la afectada:

DECLARACIÓN PERSONAL DÁMARIS VERA CATRINAHUEL:

YO DÁMARIS ANDREA VERA CATRINAHUEL, Rut Nº 18.114.618-4, domiciliada en Sector Los Calafates S/N Pargua Alto, comuna de Calbuco, vengo en declarar lo siguiente:

Que el día 30 de diciembre de 2015, en circunstancias que me encontraba de paso junto a un ciudadano extranjero (argentino) por la localidad de Chacao, debido a una situación de discriminación e insultos por parte de una dependiente de un local comercial y su nieto, quienes me insultaron y discriminaron por ser mapuche, ocasión en que el nieto, gigante y moreno, me dijo “weona” con desprecio por lo que lo emplacé a que me acompañara al retén de carabineros para hacer la denuncia, a lo que éste accedió de manera que  junto a él concurrí hasta el retén de Chacao para dejar la denuncia por la situación vivida en ese local comercial.

Al llegar, con este nieto levemente más decente que su abuela, dentro del retén solo encontré más racismo y discriminación, al joven agresor se le dejó salir por una puerta lateral a lo que reclamé y un carabinero viejo y de test blanca y de pelo igualmente blanco  que presumiblemente era el jefe, me llevó a una de las esquinas de su oficina, en un rincón donde nadie podía ver, y pensado que era para recibir mi denuncia, accedí, sin embargo en ese lugar quiso pegarme, ante lo cual yo me defendí poniendo mi antebrazo y luego forcejeando con él, pese a lo cual igual me pegó unos manotazos y al no poder pegarme, junto a otro carabinero raso, moreno alto y burlón, comienzan a empujarme hacia afuera de la comisaria. Ninguno quiso darme su nombre y fui tirada como a una perrita sin fuerzas hacia afuera de la comisaria. Yo ya a esas alturas gritaba lo mapuche que era y que se creían para insultarme y discriminarme de esa manera… terminó por echarme de la comisaría el carabinero más joven, alto y moreno. Previamente este mismo carabinero había dejado ir por una puerta del costado de la comisaria  a quien me había insultado junto a su abuela. Le dije a este carabinero que su abuela estaba avergonzada, ante eso se rio y luego se puso serio.

Antes de salir totalmente a la fuerza del reten, llega un carro policial aparentemente  del mismo retén de Chacao. En ese vehículo llegaron 3 carabineros más. El chofer, rubio nariz puntiaguda y ojos verdes;  el de al lado, un moreno pequeño y orgulloso de ir adelante de la kuka junto con su jefe rubio. El moreno tiene mucha más fuerza que su jefe lo cual pude darme cuenta cuando me hizo una feroz “llave” para “reducirme” y subirme al carro policial para llevarme no sabía a dónde.

Después, pedí ayuda en la calle, y nadie se acercó siquiera; les dije que el carabinero mas antiguo y de pelo blanco me pegó y ellos vieron como me echaron hacia afuera de la comisaria, pero nadie, nadie, ni siquiera un hombre o una mujer se acercaron a mi…yo a esa altura ya estaba llorando,  lloraba y gritaba desesperada…

Solo dos niños de 6 años aprox., salieron con palos y me decían con gestos de los hombros que sus padres ya no los dejaban salir más cerca de mí. Estos niños me enseñaron de valentía, y gracias a ellos me consolé un poco del miedo e impotencia y no sé que mas; les dije que cuando grandes, nunca sean “pakos”, porque vieron todo lo que pasó y la calidad de los “defensores del orden y la seguridad” que eran los pakos.

Después fueron a buscarme los carabineros sacándome del lado de la calle donde estaba gritando por ayuda y denunciando a viva voz lo que me había pasado dentro del retén; cuando estaban cerca de la kuka conmigo llevándome a la fuerza, el carabinero pequeño, moreno, mano derecha del chofer, me hace la típica llave de brazo y la hizo con tanta fuerza que parecía que me iba a sacar el brazo, aun lo tengo delicado.

Cuando le dije que parece que así trataba a su hija, soltó un poco de mi brazo y me tiró adentro de la kuka, en el calabozo de la misma.

En Chacao antes de que me suban a la kuka, les grité a todos que sus abuelas estaban tristes y avergonzadas y que estaban a mi lado; unas lloraban, otros reían, otros estaban serios, pero nadie fue capaz de ayudarme.

Me metieron al calabozo a la fuerza y mi compañero argentino subió por su propia voluntad. Partieron a la vista y paciencia de todo el barrio, de gente que miraba y miraba cómo pedía que alguien me ayudara, sin que nadie hiciera nada. Me llevaban solo a mí y a mi compañero argentino, por la carretera y después bruscamente salimos a un camino de tierra y piedras. Yo no deje de gritarle todo tipo de cosas, sin insolencias o hubieron muy pocas, más alusión hice a sus abuelas y antepasados, también a sus esposas e hijas.

La verdad es que cuando vi que de carretera pasamos a camino de tierra, me acordé de Wenante o Wenu Antu, (el caso del único detenido desaparecido en democracia, José Huenante) el caso que ocurrió el 2005 en Pto. Montt donde hasta el día de hoy sigue un joven desaparecido y donde tuvo participación directa personal de Carabineros, y pensé que nos iban a matar. Ahora suena ridículo pero en el momento fue desesperante…empecé a hablarle a mi padre en che zungvn, a pedirle ayuda a lo mejor podría escucharme. Les pedí ayuda a Matías Catrileo, Jaime Mendoza Collio, su hermano que también fue asesinado tiempo después, y a Wenu Antu (Huenante) y sé que estuvieron conmigo dándome newén y protección; en nuestra cultura creemos en esto.

En un momento les grité quien era, que venía de una comunidad emblemática de la región  y quien era mi padre, luego de lo cual ellos buscaron en un celular, como navegando, tal vez para buscar información acerca de  nuestra comunidad y entonces hubo un cambio tanto en el rumbo que llevábamos como en la forma ya que ahí encendieron la sirena y aumentaron la velocidad haciendo movimientos muy bruscos como si se tratara del transporte de un delincuente muy peligroso.

En un momento invoqué a nuestros ancestros así como a varios de nuestros weichafes muertos; cuando nombré a Matias Katrileo, se movió la camioneta, pero todos ellos y quizá cuantos más iban conmigo;  quizás hasta las mismas abuelas buenas de alguno de los carabineros estaban conmigo en ese momento.

Después de una travesía de unos 45 minutos aprox, nos fueron a tirar al hospital de Ancud, pero yo no sabía que era el hospital puesto que nadie nos dijo;  abrieron las puertas de la kuka y ya obviamente frente a más gente los carabineros intentaron ser más “gentiles” pero solo fue mientras la gente miraba.

Ahí nos recibió un grupo de 8 personas (me preocupé de contar cuántas personas eran), las cuales aplicaron una violencia similar a la de los otros pakos, y digo los otros pakos, ya que me parecía que este lugar era otro recinto policial por la forma en que fui tratada allí.

Al otro lado día supe recién que era un hospital que era Ancud, etc…

Todo esto terminó en que me sobrevino una crisis siquiátrica grave y tuve que estar hospitalizada por casi un mes, pero en el hospital de Pto. Montt, ya que mi papá no quiso dejarme ni un día en ese hospital de Ancud…

Hicimos la denuncia primero en carabineros hablando con el general jefe de la Xma Zona de carabineros, quien instruyó un sumario administrativo, el que se supone ya debería haber terminado, pero de la que nada hemos sabido hasta ahora.

También hicimos la denuncia ante el Ministerio Público el 1 de febrero, pero recién una vez que mi papá se reunió con el fiscal regional el lunes 29 de febrero, recién allí se comenzaron a realizar diligencias reales.

Yo con mucha dificultad he retomado ahora mis estudios en la U. de Concepción y debo estar viajando cada cierto tiempo a Pto. Montt para controles médicos.

 

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