19 - junio - 2025

Francia y los Chalecos Amarillos : El Fin de un mundo imperfecto

Quieren volver a la Francia de antes de 1991. En esos tiempos los ricos aún tenían temor del comunismo y guardaban algo de consideración por lo trabajadores, dejándolos vivir y realizarse. Los rebeldes exigen también que la las elites no dispongan a su antojo de la prensa y que se entregue la palabra al pueblo, que escuchen sus demandas, es es una reivindicación muy importante. Al tenor de estas exigencias Francia de nuevo está guiando el mundo. En las barricadas parisinas, el imperfecto mundo neoliberal que quería crear un Estado neoliberal para los súper ricos se ha derrumbado. Incluso si la sublevación fuera finalmente aplastada, sus demandas básicas servirán de modelo para nuevas sublevaciones y nuevas revoluciones.


Por: Israel Shamir.


Los franceses son los mejores. Los hombres no engordan. Las mujeres no duermen solas. Los niños se comportan bien. Tienen la mejor arquitectura, la mejor forma de vida, el mejor pan, el mejor vino, el mejor aceite de oliva, la mejor cocina, algunas de las mejores obras literarias, películas, pinturas poesía, perfumes y mujeres. Sobresalen en revoluciones. Cada una de sus revoluciones es una fruta (durazno) perfecta, redonda y jugosa. Abren una nueva época para la humanidad.

Sólo pensar en la Revolución Francesa me da una sensación de juventud, recuerdo la precedente, de mayo de 1968, la bella revolución que Prohibía Prohibir. Nos hizo entrar en el pequeño living paradisíaco de lo permisible. Lo creyéramos o no, podíamos flirtear libremente con personas del sexo opuesto, podíamos fumar en los cafés y pubs, podíamos beber y conducir. Alquilábamos un pequeño apartamento por una módica suma ; en Europa, una habitación por 5 dólares la noche. Los trabajadores eran combativos, los trabajos abundaban, existían los contratos indefinidos, por varios años, había estacionamientos gratuitos y la gasolina barata. Oh sí, el algodón era elevado. Antes, el mundo había sido muy duro, frío y rígido, más o menos como ahora, con prohibiciones y permisos sobrepasados. Medio siglo ha pasado desde esa época y el mundo está listo para una nueva Revolución Francesa y ella llega con la sublevación de los Chalecos Amarillos. En estos días de Navidad hagámos un excelente regalo para todos.

El pueblo francés dijo NO a la prosperidad de los ricos y a la austeridad para el resto, que desmanteló el estado social, con privatizaciones, con guerras en el extranjero, con emigraciones masivas, todas estas plagas caen sobre el civilizado y desarrollado Occidente durante estos últimos treinta años.

La revuelta no ha ganado. No hay que descorazonarse por unos pocos retrocesos. Como una fogata, una insurrección discontinua. Parece extinguirse  y repentinamente florece de nuevo. Como con la sublevación de los Chalecos Amarillos. Es imposible predecir qué ocurrirá próximamente. La represión, las detenciones masivas, la propaganda y los blindados ayudarán al régimen de Macron a mantenerse por un tiempo hasta que suene el campanazo : el fin del plan de los banqueros de ajustarse el cinturón para que crezca su papada está cerca. Después de todo, la eliminación del viejo orden feudal dejará su lugar muchos años más tarde al exaltante ejemplo de la Revolución de 1789.

Paris impondrá la moda ; sus frecuentes revoluciones definen la humanidad futura. En 1789 la rebelión parisina enterró al Antiguo Régimen, proclamó la democracia, la libertad, la igualdady la fraternidad. En 1848 la rebelión parisina comenzó con el sobresalto de las Naciones, con las grandes revoluciones europeas. En 1971 la Comuna de París llegó a ser la precursora de las revoluciones socialistas. Dos guerras mundiales, el baño de sangre de Verdun y la ocupación nazi postraron al pueblo de Paris en estado de sobrevivencia y la revolución siguiente vino sólo en 1968. Y ahora, en 2018, los parisinos ponen término al proyecto neoliberal de esclavitud de la humanidad.

Algunos personajes sospechosos han acusado al Presidente de Rusia de fomentar la insurrección parisina. La BBC ha sido cogida en flagrante mentira. Dijo que su corresponsal en París había encontrado la conexión rusa, un hombre de negocios ruso, o cualquier ruso que culpa a Rusia de los acontecimientos y desea deslegitimarlos. Este corresponsal ha sido infiltrado y el ministerio de RREE de Rusia  ha denunciado esto.

Me alegraría que esta acusación hubiese tenido tenido cierta base. Desgraciadamente este no es el caso. Los rusos no han apoyado todas las  revoluciones, desde 1789 a 1968.. Ahora tampoco, la posición oficial de Moscú es la de no intervenir en los asuntos internos de otros estados como un asunto de principio. Rusia no ha condenado la brutal represión y la revuelta y detenciones de estudiantes tanto a Pekín como a Teherán.

Las redes sociales rusas y las organizaciones públicas desconfían de la revuelta francesa. Luego del trauma de Kiev-Maidan en 2014, los rusos han estado en la cúspide de la paranoia conspirativa occidental y han visto en esto la manipulación del departamento de estado de EEUU. En la prensa rusa, los acontecimientos de París son descritos como « progroms » ; el Canal Uno ha hecho una nota para mostrar simpáticamente a los judíos franceses cuyos bienes inmobiliarios fueron afectados. Su maravillosa TV RT hizo una gran cobertura sobre los acontecimientos franceses, pero RT no hizo emisiones de los rusos y en Rusia.

Alexander Dugin, el inconformista pensador ruso, astutamente sugirió que el enemigo no creía en la participación rusa, no sabe si participó en las elecciones en EEUU o en la revuelta de los Chalecos Amarillos, pero usa a Rusia con una marca de fuerza hostil. Identifica al enemigo como la sombra del Gobierno Mundial, la fuerza que pretende dirigir el mundo detrás de los gobiernos nacionales. La verdadera existencia de esta fuerza ha sido vehementemente negada, pero ahora ella se manifiesta a sí misma haciendo una campaña contra Jeremías Corbyn, el líder del partido laborista británico. La campaña fue dirigida por la confidencial Iniciativa Integridad. Su existencia fue revelada por los Hackers Anónimos. Esta organización reservada trabaja para el servicio secreto inglés, incluyendo algunos redactores del The Guardia, (Luke Harding, etc), de quienes se sospecha que trabajan para el M16. Estos atacan a Julian Assange, me atacan a mí personalmente, pero de acuerdo a los Hackers se revela que fueron supuestamente a Rusia. Porque si un ataque contra Rusia puede parecer legítimo, atacar a un dirigente de la oposición en el reino de Su Majestad no lo es. Duguin ha dicho que han fabricado el mito de la Rusia de Putin como el enemigo absoluto e incondicional, que encarna el mal a nivel mundial, aunque saben perfectamente qu no tiene influencia más allá de sus fronteras. Los servicios secretos han fabricado todo eso denigrando a los dirigentes de la oposición. Duguin dice que fabricaron el mito de la Rusia de Putin como enemigo absoluto e incondicional, que encarna el mal a nivel mundial.

« El gobierno mundial sabe que con todo su poder es necesario que un opositor serio surja algún día, no al exterior (desde Rusia o China) sino desde el interior. Rusia está presente únicamente como marcador. Esto vale para el populismo francés (de derecha como de izquierda), el gobierno antimundialista de Italia, los chalecos amarillos de Francia, los combatientes contra el capitalismo y la inmigración de masa », escribe Duguin.

Esta técnica consiste en poner en práctica la culpabilidad por asociación, ha sido utilizada desde hace años. Los viejos anatemas « nazi » y « antisemita » son retomados, he aquí el nuevo estandarte levantado contra los Chalecos amarillos : la malvada Rusia.

Pero no hay que preocuparse, los viejos anatemas siempre sirven (BHL, la Voz infalible de los Amos del Discurso y dueño de la TV) que ha apoyado a los insurrectos en Libia, en Siria y en Kiev, desde ahora ya ha condenado la explosión parisina y ha tratado a los Chalecos amarillos de nazis. En efecto ha detectado la presencia de elementos cercanos a Le Pen y Mélenchon entre los Chalecos y esto entonces no puede ser ! En todo caso, eso no le causa miedo al pueblo. Entre 75 y 80% de la gente considera que Los Chalecos amarillos tienen razón. Seguramente luego va a aparecer un grupo de « judíos por los chalecos amarillos », nos ha anunciado Gilad Atzmon, porque a estos tipos les encanta husmear en todas partes, pero siempre separados del resto.

Los acontecimientos de mayo-junio de 1968 fueron finalmente desviados por sus dirigentes. Dany el rojo fue uno de los traidores, como lo escribí hace algunos años luego de haberlo encontrado. El movimiento de los Chalecos amarillos no tiene jefes, ni partido ni sede, es por eso que el régimen no ha logrado comprar o intimidar a sus dirigentes, o pactar con su partido como los neoliberales que han utilizado esta técnica durante los últimos cincuenta años. Se trata de un movimiento autónomo, principalmente de clase media, gente que vive en pequeñas ciudades y pueblos. Es el país real, la verdadera Francia y no los inmigrados recientes, son los que han sido empujados hacia la precariedad y desestabilizados y que no podían hacerse escuchar. Los ricos viven muy bien : sin impuestos o casi sin, y el gobierno los trata con delicadeza en detrimento de la antaño sólida clase media.

Tal movilización de las clases medias es algo auténtico, verdadero ; sus portavoces no van a dejarse manipular, van a defender sus reivindicaciones. Luego del primer éxito del movimiento, los partidos políticos comenzaron a manifestar su interés por ellos. Marine Le Pen podría ser un apoyo natural para dicho movimiento nativo, pero hace poco perdió las elecciones contra Macron y sus partidarios se sienten vulnerables y golpeados. Más grave todavía, su tema predilecto es la inmigración, tema que no es el asunto principal de los Chalecos amarillos. Estos no tienen deseos de atacar a los árabes ni a los africanos. Su problema lo contituye el gobierno neoliberal, para el cual la inmigración es una herramienta entre otras. Por eso, a pesar de los gritos histéricos de BHL, el partido de Marine Le Pen no tiene mucha fuerza entre los manifestantes.

Los estadounidenses pueden sacar provecho de esto. La inmigración es un buen tema de propaganda, pero no es esto lo que logrará grandes cambios sociales. Por supuesto, los chalecos amarillos se oponen a la inmigración de masa y quieren ponerle término, pero equilibran esta reivindicación con otra : alto al pillaje de Africa. Efectivamente, Africa que va de mal en peor porque sigue siendo explotada por los paises desarrollados. La balanza de pagos entre Africa y Francia se inclina favorablemente del lado de Francia, y es la principal razón del porqué de la emigración africana va a Francia. Los africanos vienen en pos de su dinero, es todo.

Si los populistas de EEUU quisieran adoptar una reivindicación parecida, deberían equilibrar sus ganas de levantar muros y llamar a sus firmas a cesar de engullir la plusvalía de las venas de América Latina. Noam Chomsky lo ha explicado perfectamente : los centroamericanos no se precipitarían a EEUU si éstos no trataran de desestabilizar sus paises buscando la ganancia. Honduras, Guatemala, El Salvador : tantos paises bajo la férula estadounidense y tantos refugiados golpeando a su puerta.

Esto es válido tanto para los MENA (Medio Oriente y Africa del Norte) como para los Estados del Cercano y Medio Oriente y el Makhreb. Si los europeos no hubiesen bombardeado Libia, Siria, si los EEUU no hubieran invadido Iraq, no habría refugiados, ni inmigración legal o ilegal. Los Chalecos amarillos nos están dando una lección sobre cómo hay que tratar el problema de la emigración. El beneficio de las invasiones va hacia los ricos, mientras que las clases median pagan el pato.

Ron Unz ha sugerido un cambio del  programa de Trump. Este hace muchos esfuerzos por poner fin al flujo de emigrantes ilegales de toda América Latina. Debería leer a Ron Unz, quien ha demostrado con cifras al apoyo que « el problema no es el de los clandestinos, sino el de la emigración legal, demasiado numerosa, (se trata de casi un millón de personas o más por año, y habría que poner fin a esta fuente). La obsesión de Trump por los clandestinos no tiene sentido. No hay casi diferencia entre los documentados e indocumentados, simplemente los inmigrantes son demasiado numerosos. Y es fácil parar la inmigración legal, no hay necesidad de muro alguno.

La participación de los inmigrantes en las manifestaciones de los sábados es mínima. Sus pequeñas acciones se han aprovechado de la revuelta para romper vitrinas y apoderarse de mercancías allí expuestas. Pero no han sido ellos quienes han atacado a la policía. Por su parte la policía no ha perseguido a los autores de tales actos. Aparentemente, el gobierno había comenzado a incitar a los gamberros y había recomendado a los policías laisser faire , lo que permitiría a la prensa oficial condenar a los Chalecos amarillos tratándalos de vándalos. Dicha prensa es hostil a los Chalecos amarillos y parece difícil encontrar un vídeo que sea neutro o simpatizante con los manifestantes. Vea usted con subtítulos traducidos en su lengua y usted constatará que los contestatarios son gente como usted.

No estoy horrorizado por algunos cristales rotos. « No se puede hacer una tortilla sin quebrar huevos », dijo un monarquista francés en 1796. Era el general Charette que quebraba cuellos y abría gargantas y no solo huevos o vitrinas, y cuando fue capturado fue ejecutado. Pero él tenía razón. Sin cierta violencia que cause impresión, las cosas no pueden avanzar. Si usted se contenta con invadir un jardín público para cantar bellas canciones o si usted desfila gritando esto o aquello, usted no conseguiá nada. El gobierno adora a la gente que canta y marcha por el clima o por la igualdad de los homosexuales. Deberíamos reconocer que la gente hace lo justo puesto que la policía los ataca y ellos se defienden con valentía.

Los bolcheviques se sirvieron del Aurora para plantear sus reivindicaciones. La salva frente al palacio real probaba su capacidad y determinación para hacer uso de la violencia. Tenían soldados y marineros armados para apoderarse de centros del poder, incluyendo los bancos, Correos y Telégrafos y las estaciones de ferrocarril. En esa ocasión hubo vitrinas rotas y gente despojada de su dinero. Es lamentable, pero de otra manera no había tortilla para comer.

Durante la primavera francesa de 2013, centenares de miles de franceses desfilaron en manifestaciones gigantescas y las más pacíficas que París haya conocido. Pero al gobierno no le importó. Una reivindicación debe hacerse escuchar con violencia y durar para conseguir su objetivo. Es solo luego de cuatro sábados bastante virulentos que Macron se dignó a contestar e inclinarse ante algunas exigencias de los Chalecos amarillos : cien euros para los sueldos mínimos, exención de impuestos sobre las primas de fin de año y las horas suplementarias, anulación del alza de los carburantes. Era un paso en la buena dirección. 16 millones de franceses de clase media van a saborear el fruto de la benevolencia de Macron. Va a costar 12 mil millones de euros, un buen regalo para Navidad para los que trabajan duro y eso demuestra que la violencia paga.

La derecha nacionalista estadounidense está demasiado apegada a la observancia de las leyes para lograr algo. Demostraron cierta violencia no institucional hacia los negros, pero incluso eso es lejano. Coleccionan armas pero nunca las utilizan contra objetivos importantes. Han perdido su voluntad de combate. Es probable que no defenderían a su presidente Trump si fuera expulsado del gobierno. Tienen que unir sus fuerzas con algunos negros dinámicos que no temen desobedecer a la autoridad, pero para eso deben comprender que que su enemigo es el establishment liberal y no los negros o los inmigrantes. La extrema derecha francesa se ha concentrado sobre los inmigrantes desde hace mucho tiempo y es incapaz de imponerse y encabezar el movimiento protestatario. Eso en cuanto a la extrema derecha. Qué decir de la izquierda ? Mélenchon tiene muchos militantes entre los Chalecos amarillos, pero es percibido como un lazo con el partido que se desacreditó cuando Hollande estaba en el gobierno. Todos los grandes partidos, sean de derecha, de izquierda, en París, Berlín o Londres han actuado igual y han seguido la misma agenda neoliberal. Por esta razón la gente votó por Macron, que prometía ser diferente. Luego se demostró que no era para nada diferente. Hay una sola vía o agenda, aquella del Estado neoliberal que arruina a las clases medias. Se necesita a gritos una nueva fuerza.

Alain Soral estaría excelente en este papel, para encabezar esta nueva fuerza. Los lectores lo conocen y en Francia es muy popular, aunque menos conocido que sus rivales.

Ha apoyado a los Chalecos amarillos desde el inicio. Su Sitio ha publicado un mandala político interesante, que explica su posición y la de los otros.

Sitúa su movimiento entre el socialismo y el nacionalismo, entre la clase obrera y el tradicionalismo, al opuesto de Macron, que está por el capitalismo y el mundialismo y las LGBT, mientras que Marine Le Pen prefiere el nacionalismo (como Soral) y el capitalismo (como Macron) y que Mélenchon está por el socialismo y el mundialismo. Sobre el mandala, Soral representa el verdadero norte, posición altamente simbólica.

Sobre el marco alrededor del mandala se pueden distinguir nombres : los banqueros Gerges Soros y Jacques Attali están detrás de Macron ; Cohn-Bendit (ver supra) está detrás de Mélenchon ; Finkielkraut y Zemmor están detrás de Marine Le Pen y estoy orgulloso de señalarlo, figuran los nombres tres colaboradores del sitio Unz.com, al lado de Alain Soral, : Norman Finkelstein, Gilad Atzmon y yo, Israel Shamir. Soral publica mis libros y tengo una opinión positiva sobre él. Un hombre que no teme utilizar el mote de « nacional-socialista », es un hombre con cojones, cuanto más que  hay tantos jóvenes africanos , maghrebinos y negros en su masculinizado movimiento, anclado sobre la base de una raíz de blancos.

Las reivindicaciones de los Chalecos amarillos son preferibles a todo lo que habían prometido  los partidos políticos de izquierda y de derecha. Quieren que los ricos también paguen, no únicamente las clases medias. Quieren renacionalizar los ferrocarriles, que los obreros y empleados licenciados vuelvan a sus puestos de trabajo, que médicos sean reclutados para los hospitales y maestros para las escuelas y que se ponga fin al desmantelamiento del Estado providencia. Abandonar la UE, la OTAN y terminar con las guerras en el extranjero. Terminar con la inmigración de masa y al mismo tiempo acabar con el pillaje de la ex Africa francesa, porque ese pillaje es el que empuja a los africanos a ir a Francia. Dejar la competición que tendrá como consecuencia más concesiones a las multinacionales y sus propietarios y además ponerles impuestos.

En una palabra, los sublevados piden abrogar las reformas de estos últimos años, el retorno a las administraciones anteriores, en circunstancias que el derechista Sarkozy, el socialdemócrata Hollande o Macron, buscaban cada cual a su manera a beneficiar a las multinacionales y no al pueblo, lo que llaman « mejorarla competitividad ». Quieren volver a la Francia de antes de 1991. En esos tiempos los ricos aún tenían temor del comunismo y guardaban algo de consideración por lo trabajadores, dejándolos vivir y realizarse. Los rebeldes exigen también que la las elites no dispongan a su antojo de la prensa y que se entregue la palabra al pueblo, que escuchen sus demandas, es es una reivindicación muy importante. Al tenor de estas exigencias Francia de nuevo está guiando el mundo. En las barricadas parisinas, el imperfecto mundo neoliberal que quería crear un Estado neoliberal para los súper ricos se ha derrumbado. Incluso si la sublevación fuera finalmente aplastada, sus demandas básicas servirán de modelo para nuevas sublevaciones y nuevas revoluciones. El pueblo va a ganar, eso es seguro y cierto. Si usted tiene la impresión que soy partidista y que otras naciones son también admirables, usted puede ir a ver y escuchar todo lo bueno que yo digo de los ingleses, de los alemanes,de los griegos, de los polacos, de los japoneses, de los palestinos, de los ucranianos, de los rusos, noruegos, suecos, hindúes y de los vietnamitas.

Entonces, feliz Navidad y un buen Año 2019

Israel Shamir 17 de diciembre de 2018

 

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