RadiodelMar.- El próximo 29 de marzo se materializará el Brexit. El Brexit fue una campaña sucia. La película dirigida por Toby Haynes desclasifica cómo sucedió todo, una campaña inmoral e ilegal que explotó los sentimientos más tóxicos de la sociedad británica.
Al Brexit le seguiría la elección de Donald J. Trump como presidente de los Estados Unidos, Piñera como presidente de Chile y Bolsonaro como presidente de Brasil
La guerra sucia en los datos personales.
Un cínico cabecilla que leía al ateniense Tucídides —padre del realismo concreto o lo que se llama la Real Politik— tomó la riendas de la estrategia de “Vote Leave”, la campaña partidaria del Brexit, desde que fue creada en 2015 hasta su éxito en el referéndum celebrado el 23 de junio de 2016.
Con eslóganes como “Take back control” (“Recuperar el control”) y consignas como la de recuperar los supuestos 350 millones de libras que el país paga a Europa consiguieron implantar su mensaje aunque tuviese que recurrir a mentiras.
La maniobra sucia depende de lo que puedes saber de tus potenciales votantes para hacerles llegar el mensaje que quieren oír de la forma más efectiva posible.
Hace algunos meses vimos al creador de Facebook, Mark Zuckerberg, explicando cómo se habían utilizado los datos de sus usuarios, y un nombre fue clave: Cambridge Analytica.
Y es ese mismo nombre el que aparece en esta película, el que elevó la campaña de los euroescépticos como haría poco después con Trump en Norteamérica.
Así, un bando supo usar las herramientas necesarias para mentir con total impunidad mientras el otro corría exhausto detrás de ellos intentando desmentirles.
La campaña se concentró en los indecisos, en los geek de la época grunge, una generación aparentemente calmada. Los miembros de la generación X , impulsores de la tecnología, de dispositivos electrónicos, de comercio electrónico, del chat y de spotify. Una generación apolítica que se dejó grotescamente manipular por las tóxicas campañas de odio y focalización de mensajes desde las redes sociales controladas.Una política que rompió los valores unitarios, para ponerlos unos contra otros y destrozar el alma de un país. Una política confrontacional que en definitiva hundió a toda la clase política británica en una profunda crisis existencial —que los obliga a redefinir su identidad— y que los conduce al infierno o al abismo: arriesgar el bienestar futuro de la nación.
Según el film, todo esto se ventilará sangrientamente en la justicia por la violación de las leyes electorales.
«La mentira gana partidas, pero la verdad gana el juego» según Sócrates.
