La dirigenta subrayó que la crisis de la merluza común afecta directamente a miles de mujeres que trabajan en actividades conexas a la pesca artesanal como fileteadoras, charqueadoras y comercializadoras.
Región del Bio-Bio, 21 de mayo de 2025. (Condepp)– En medio del debate legislativo en torno al fraccionamiento pesquero y frente al evidente colapso de la pesquería de merluza común, Sara Garrido, presidenta de la Corporación Nacional de Mujeres de la Pesca Artesanal, lanzó un enérgico llamado al Congreso a tomar decisiones valientes y responsables: “La merluza debe volver a ser la pesca del pueblo”.
“Estamos frente a una pesquería en estado de colapso, lo dicen los informes científicos y lo vivimos cada día en las caletas. Desde que se aprobó la Ley Longueira, esta especie ha sido objeto de sobreexplotación, y ni siquiera las vedas ni la reducción de cuotas lograron revertir el daño. La razón es clara: el arrastre industrial ha impedido que los ejemplares alcancen la talla mínima para reproducirse”, afirmó Garrido.
La dirigenta subrayó que la crisis de la merluza común afecta directamente a miles de mujeres que trabajan en actividades conexas a la pesca artesanal como fileteadoras, charqueadoras y comercializadoras. “Nos preocupa que hoy, mientras algunos parlamentarios levantan la voz por las trabajadoras de la industria, invisibilicen por completo a las mujeres de la pesca artesanal. No somos menos importantes. También sostenemos economías locales y llevamos pescado fresco y accesible a las ferias y barrios populares.”
En ese sentido, destacó la labor que realizan día a día las caletas que dependen de la merluza como: Los Rojas, Cocholgue y Maguillines, entre otras.
En esa línea, Garrido hizo un llamado a tomar medidas urgentes y estructurales. “Necesitamos eliminar el arrastre industrial, regular la talla mínima y avanzar hacia vedas de al menos tres meses, como se hizo con el jurel en los años 90. No se puede seguir mirando este tema solo desde la lógica del empleo industrial o la rentabilidad de las grandes empresas. Este es un tema social, cultural y de soberanía alimentaria.”
Finalmente, hizo un emplazamiento directo a los parlamentarios que pronto votarán las normas relacionadas con la merluza común
“Lo que necesitamos no es una defensa ideológica de los privilegios empresariales. Lo que necesitamos es que voten por la recuperación de un recurso que pertenece a todo Chile. Que piensen en las comunidades costeras, en la pesca artesanal y en las mujeres que día a día sostienen esta actividad.”