La merluza no solo es un alimento tradicional de los chilenos, sino también el sustento de cientos de hombres y mujeres que trabajan como charqueadoras y fileteadoras, oficios recientemente reconocidos por ley.
Fuente: Corporación Nacional de Mujeres en la Pesca Artesanal
8 de mayo de 2025
Como Corporación Nacional de Mujeres en la Pesca Artesanal en Chile, valoramos profundamente la aprobación del nuevo fraccionamiento de la cuota de la merluza común, que otorga un 52% a la pesca artesanal.
Esta medida representa una oportunidad concreta para la recuperación del recurso y la reactivación de las economías locales, poniendo fin a décadas de sobreexplotación industrial. Frente al anuncio de cierre de la empresa PacificBlu (Blumar), señalamos que si esta amenaza se concreta, tenemos la esperanza de que la merluza común podrá recuperarse y volver a estar en las mesas de todos los chilenos, tal como ocurrió con la jibia tras la aprobación de la ley que priorizó su extracción artesanal. Hoy, más de 15 nuevas Pymes procesan jibia en el país, generando empleos dignos y descentralizados.
La pesca artesanal tiene la capacidad y experiencia para liderar este proceso. Podemos desarrollar nuevas Pymes para trabajar la merluza —fresca o congelada— en nuestras caletas, con enfoque en el empleo local. Además, se dejará atrás el sistema de arrastre industrial, responsable de la depredación de un recurso emblemático para la alimentación nacional.
Esta nueva etapa también nos permitirá avanzar en la regulación de la talla mínima de la merluza común, una herramienta clave para asegurar la sostenibilidad del recurso y mejorar su valor comercial. Como pescadoras y pescadores artesanales, hemos demostrado ser aliados en la conservación marina y en la protección de los ecosistemas costeros.
La merluza no solo es un alimento tradicional de los chilenos, sino también el sustento de cientos de hombres y mujeres que trabajan como charqueadoras y fileteadoras, oficios recientemente reconocidos por ley. Esta pesquería mueve la economía de nuestras caletas, donde el trabajo es comunitario, sostenible y con rostro humano. Lamentamos profundamente que, una vez más, se utilice a los trabajadores para presionar decisiones políticas.
Hoy, estas mismas plantas industriales han recibido un 15% adicional de cuota de jurel gracias a los acuerdos de la ORP, lo que demuestra que existe capacidad de adaptación. No es justo que se juegue con la estabilidad laboral como herramienta de amenaza, tal como ocurrió con la jibia. Por un mar para todos, defendamos el futuro de la pesca artesanal, el alimento nacional y las economías costeras. Corporación Nacional de Mujeres en la Pesca Artesanal en Chile