04 - julio - 2025

Asociaciones y sindicatos protestan contra ola de desregulación ambiental y social en Francia

El 17 de junio de 2025, una veintena de asociaciones y sindicatos, entre ellos la Federación Internacional por los Derechos Humanos (FIDH), llevaron a cabo una acción en la plaza de Breteuil, en París, para denunciar la ola de desregulación ambiental y social que se está produciendo en Europa, en particular a través de la directiva «Ómnibus I», actualmente en fase negociación en el Consejo de la Unión Europea y el Parlamento Europeo.


París, 17 de junio de 2025. (FIDH)– Siguiendo el ejemplo de las brutales políticas del presidente estadounidense Donald Trump, la Comisión Europea ataca las obligaciones de las empresas en materia de respeto de los derechos humanos, el clima y el medio ambiente, con su propuesta de directiva «Ómnibus I». Presentada en febrero de 2025, propone dar marcha atrás en directivas emblemáticas adoptadas recientemente sobre el deber de diligencia de las empresas (CSDDD) y sobre la publicación de información en materia de sostenibilidad de las empresas (CSRD).

Ante el silencio que han recibido sus múltiples solicitudes de reunión con el Elíseo y Matignon, una amplia coalición de organizaciones denunció un escándalo democrático europeo y francés con consecuencias catastróficas, a través de una puesta en escena satírica de militantes a favor de la desregulación que pedían, por ejemplo, el restablecimiento del trabajo forzoso y la deforestación, mientras una parodia de Emmanuel Macron inauguraba la «Plaza de la impunidad«. [1].


Sin embargo, en 2017 Francia fue pionera al adoptar su ley sobre el deber de vigilancia, que fue recibida muy positivamente como un avance histórico para los derechos humanos y el medio ambiente. Hoy Francia da un giro de 180 grados y da la espalda a la sociedad civil, a las víctimas de violaciones de los derechos humanos y a una parte de los agentes económicos franceses, para alinearse con los lobbies.Haciéndose eco de las reivindicaciones de la extrema derecha que desea desmantelar los avances sociales y ambientales europeos, Emmanuel Macron anunciaba el 19 de mayo, durante la cumbre Choose France, su intención de ir aún más lejos que la directiva “Ómnibus I” y suprimir definitivamente la CSDDD. [2]

Este giro se inscribe en una preocupante tendencia en Francia, donde se está atacando a las normas sociales y ambientales con el pretexto de realizar una «simplificación«. [3] De este modo, el Gobierno se afianza en una tendencia contraria a las preocupaciones del pueblo francés, que en la encuesta de OpinionWay para Reclaim Finance y el Foro Ciudadano por la Justicia Económica realizada a principios de junio de 2025, se pronunció por una mayoría de más de un 80 % a favor de la obligación de las multinacionales de respetar el clima y los derechos humanos, incluso entre quienes simpatizan con la mayoría presidencial y el partido republicano.

A escala europea, la directiva «Ómnibus I» es uno de los primeros pasos hacia una desregulación masiva que podría acabar con los avances del Pacto Verde. [4] Las asociaciones se muestran aún más alarmadas ya que la defensora del pueblo de la Unión Europea inició una investigación a raíz de una denuncia presentada por ocho asociaciones, en la que se condena el carácter antidemocrático, opaco y precipitado del proceso de la «Ómnibus I». La defensora del pueblo dará a conocer sus conclusiones el 18 de junio de 2025.

La Comisión Europea y el Gobierno francés nos están llevando por un camino en el que todo el mundo resultará perdedor: las poblaciones del Sur global, los pueblos indígenas, las personas trabajadoras de aquí y de allí, los sindicatos, el pueblo europeo, las mujeres y las minorías de género, el medio ambiente y el clima, las finanzas públicas y las propias empresas.

El Consejo de la UE está ultimando su posición y el Parlamento Europeo está comenzando el examen del texto. Todavía no es demasiado tarde para que se escuche a nuestras organizaciones y se ponga fin a estos ataques contra los derechos humanos, el medio ambiente y el clima.

Las organizaciones solicitan lo siguiente:

  •  mantener la obligación de diligencia debida más allá de los socios directos de las empresas para abarcar toda su cadena de valor;
  •  mantener la consulta con todas las partes interesadas y garantizar que se considere fundamental su participación a lo largo de todo el proceso de diligencia debida;
  •  mantener la posibilidad de exigir responsabilidad civil a las empresas en caso de incumplimiento de las obligaciones previstas en la directiva;
  •  mantener la obligación de las empresas de aplicar sus planes de transición climática;
    apoyar la incorporación a largo plazo de los servicios financieros en el deber de vigilancia europeo.

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