Delegación nacional, integrada por carpinteros de ribera y cultores tradicionales, participó en uno de los encuentros patrimoniales más relevantes de Europa, a través de la navegación de La Chilota, embarcación construida en el País Vasco y expresiones culturales del sur de Chile.
Fuente: Servicio del Patrimonio
30 de julio de 2025
La reciente participación de una delegación patrimonial chilena en el XVII Encuentro de Embarcaciones Tradicionales de Galicia, realizado entre el 17 y el 20 de julio en la ciudad de Ribeira en Galicia (España), marcó un hito no solo por ser la primer vez que un país latinoamericano es invitado este evento, sino también por la visibilización internacional de la carpintería de ribera y el patrimonio marítimo de Chile. El viaje, coordinado por el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (Serpat), a través de su Subdirección de Patrimonio Cultural Inmaterial, permitió presentar en Europa una muestra viva del oficio tradicional chileno, así como fortalecer vínculos con instituciones culturales gallegas y del resto del continente.
Durante cuatro días, la delegación —integrada por carpinteros de ribera, navegantes, gestores y educadores provenientes de Biobío, Los Lagos, Aysén y Magallanes— representó a Chile con actividades culturales, navegaciones, charlas técnicas y presentaciones gastronómicas. En el corazón del encuentro estuvo La Chilota, una embarcación construida por carpinteros chilenos en la Fundación Albaola (País Vasco), que navegó como embajadora del patrimonio marítimo chileno en las costas gallegas.
La directora del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, Nélida Pozo Kudo, destacó el impacto de esta experiencia en la proyección del patrimonio inmaterial chileno: «La participación de Chile en el Encuentro de Galicia es un testimonio de cómo la colaboración y el reconocimiento de nuestras raíces culturales pueden trascender fronteras. Estamos orgullosos del trabajo de nuestra delegación y del impacto que su presencia tuvo en este prestigioso evento».
Por su parte, Marco Tamayo, coordinador de la delegación y encargado de Patrimonio Cultural Inmaterial del Serpat en Los Lagos, enfatizó que «fue una gran satisfacción representar al país con un grupo diverso, pero profundamente comprometido con mostrar nuestro patrimonio marítimo en un encuentro internacional. Logramos visibilizar nuestras políticas públicas de salvaguardia, generando vínculos inéditos con Europa. Esta experiencia no solo transformó a quienes participaron, sino que también enriqueció nuestra política patrimonial».
Emoción y saberes que cruzaron el Atlántico
Los cultores que viajaron a Galicia valoraron profundamente la experiencia, tanto desde lo profesional como lo emocional. Para muchos, fue la primera vez que salían del país o navegaban una embarcación tradicional en aguas extranjeras.
«Fue un viaje hermoso, lleno de emociones. Hicimos lazos muy importantes entre compañeros. Es algo que jamás olvidaré», expresó José Diógenes Andrade, carpintero de Hualaihué.
«La experiencia fue muy especial. Nunca había navegado en una embarcación como La Chilota. Fue inolvidable», señaló Daniel Barría, carpintero de San Juan, Chiloé.
«Lo más emocionante fue ver un equipo dedicado, que da todo por nuestra bandera», agregó Héctor Bustos, carpintero de Lebu y presidente de su agrupación local.
Los integrantes de la delegación valoraron el intercambio cultural, la acogida del público gallego, y la oportunidad de compartir técnicas y conocimientos con asociaciones internacionales de patrimonio marítimo.
Más que navegación: identidad, pan y patrimonio compartido
Además de la navegación de La Chilota, una embarcación construida en 2024 con técnicas tradicionales chilenas, dentro de las actividades de la delegación destacó la muestra «Chile marítimo y sus tradiciones», un espacio interactivo con láminas, audiovisuales, experimentos científicos para niños, nudos marineros, literatura especializada y charlas de los propios cultores.
También fue ampliamente valorada la actividad «Chile–Galicia: Unidos por el pan», donde se prepararon marraquetas —o pan batido— como símbolo de la panadería chilena de raíz migrante. Con el apoyo de Molino Linderos S.A. y la Escuela Internacional Artebianca, la degustación generó un espacio de encuentro entre culturas que comparten tradición, trigo y memoria.
Además, se presentaron charlas expositivas, se realizaron encuentros con la Asociación Gallega de Carpinteros de Ribera (AGALCARI), y se concretó la extensión de la exposición fotográfica «Chile Marítimo» hacia Portugal, en colaboración con la Confraria Ibérica do Tejo.
Proyecciones y desafíos
El éxito de esta experiencia impulsó nuevos desafíos para los equipos técnicos y cultores participantes: desde la aplicación de aprendizajes en contextos locales hasta el fortalecimiento de la formación intergeneracional en carpintería de ribera. Asimismo, se proyectan nuevas instancias de cooperación internacional que permitirán continuar el trabajo iniciado en Galicia.
Lectura de fotos:
1: Cultores de Carpintería de Ribera de Chile en el Encuentro de Embarcaciones Tradicionales de Galicia
2: Derecha a izquierda, Xabier Alberdi, director Museo Marítimo de Donostia, País Vasco; Marco Tamayo, coordinador de la Delegación de Chile; Joao Monteiro, de Confraria Ibérica do Tejo (Portugal) y el carpintero chileno, Octavio Chiguay.
3: El carpintero Octavio Chiguay, navega en La Chilota surcando las aguas de Galicia.
4: Actividad Chile–Galicia: Unidos por el pan
5: Delegación en su llegada a Chile