12 - agosto - 2025

La literatura es un saber de oficio. Por Omar Pérez-Santiago

Por Omar Pérez Santiago, escritor chileno.

Omar Pérez-Santiago es  un representante de “La Armada Sueca”, una generación de literatos notables de la cultura exiliada chilena. Este ensayo fue leído en la Casa del Escritor de Santiago de Chile, el sábado 28 de junio de 2025, en el homenaje a Gabriela Mistral.

Yo leo ficción. Leo novelas, leo cuentos.

La trama no es lo importante en la ficción.

Es el tono. Los procedimientos.

Por eso “Las Olas” de Virginia Woolf me sigue cautivando.

Hace poco leí la novela «La Aldea de los Pensamientos» de Javier del Cerro que me cautivó.

También me seducen los cuentos de Lilian Elphick; cortos, pero elusivos, dolidos.

O como como en el cuento “El ejercicio de gratitud” de Sonia González Valdenegro, en el que una mujer le ayuda a esconder un cadáver a su vecina, sin saber bien la causa.

La poesía o el ensayo deben estar presentes en la imaginación de una narrativa que me gusta, una imaginación de la fuerza de la experiencia. Del bien contra el mal. De lo lindo contra lo feo. De lo efímero versus lo profundo. Esa narrativa me gusta, sentarse en el jardín y espera los rayos de sol.

El otro día descubrí a una cantante que no había escuchado: Michelle Gurevich y su canción Party Girl. Al comienzo no entiendo bien que quiere decir, pero me atrapa su tono melancólico, su cautivadora extravagancia, su tono cítrico de profunda sencillez. Esa voz que te subyuga.

Hay también quienes leen de modo muy literal.

Pobre gente: esperan que la narrativa les fortalezca sus creencias.

Reproducir su realidad.

Los luteranos creen que la vida después de la muerte, será como es tu vida hoy.

Tu vida eterna será igual a como eres hoy.

Si eres bueno, serás bueno.

Si hoy eres malo, serás malo por la eternidad.

No se necesita imaginación.

Muchas narrativas son eso: respaldo ideológico.

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