El pasado 31 de julio (2025) el director de INACH, Gino Casassa, junto a funcionarias y funcionarios del Instituto, recibieron al Emb. Francisco Berguño en su último día como parte de la Cancillería y pronto a iniciar su gestión como Secretario Ejecutivo de la Secretaría del Tratado Antártico. El día anterior, Berguño había participado con una exposición en la Escuela de Asuntos Internacionales Zona Centro Sur Austral, organizada por el Ministerio de Relaciones Exteriores en Punta Arenas. Esta fue la ocasión propicia para conversar con él sobre los desafíos de su nueva función y los que ve para Chile en el tema antártico.
Berguño es Licenciado en Relaciones Internacionales y en Administración Pública de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) y egresado de la Academia Diplomática Andrés Bello. Sirvió como embajador en Sudáfrica y Argelia, e integró las misiones ante la Unión Europea y los organismos internacionales con sede en Viena, entre otros destinos diplomáticos. Fue director de Asuntos Antárticos de la Cancillería en dos períodos y jefe del Departamento de Asuntos Oceánicos. Bajo su dirección se aprobó la Política Antártica Nacional en 2017, el Plan Estratégico Nacional 2015-2019 y la Visión Estratégica Antártica de Chile al 2035.
- En primer lugar, lo felicitamos por la elección en la Secretaría. ¿Tiene algunas prioridades para este el de su trabajo en la Secretaría?
FB: Siempre hay una serie de prioridades, pero creo que para entenderlas hay que conocer cuál es el mandato de la Secretaría. Esta se crea en el 2003 y empieza a funcionar en septiembre del 2004. La Reunión Consultiva del Tratado Antártico estableció la medida 1 (2003) que contiene las tareas que tiene la Secretaría y esas son variadas, pero siempre en apoyo a los Estados Parte. Una es ayudar al país anfitrión a organizar la reunión anual siendo la próxima en mayo de 2026 en Hiroshima, Japón, y, por lo tanto, vamos a estar ya muy pronto trabajando en conjunto con el gobierno de Japón para asegurar que las próximas reuniones tanto del Comité de Protección Ambiental (CPA) como la Reunión Consultiva del Tratado Antártico (RCTA) se desarrollen adecuadamente.
- Otra de las tareas que tiene la Secretaría es producir el informe anual de la reunión, en este caso la reciente RCTA de Milán, la que contiene decisiones que las Partes deben hacer suyas. Entiendo que ya están trabajando en ello desde la Secretaría.
Probablemente una de las más importantes tareas que tiene la Secretaría es velar que el intercambio de información entre las Partes se haga en forma fluida. Justamente la Medida 1 (2003) establece el papel de la Secretaría en la facilitación y coordinación de intercambio de información establecidos en el Tratado Antártico y su protocolo medioambiental. Para eso existen plataformas digitales. Pero el uso de estas plataformas no siempre es muy ágil. Una de las prioridades que yo espero implementar es capacitar a las Partes que así lo requieran en el uso de esta herramientas que se han establecido y que además –entre otras cosas- permiten a las Partes identificar posibles áreas de cooperación y colaboración. Vamos a revisar si las plataformas mismas necesitan o no ser actualizadas.
Pero la idea es que las herramientas que la misma reunión consultiva ha establecido a través de los años, sean utilizadas adecuadamente y realmente sirvan para los propósitos para los cuales se crearon.
La Secretaría es también la memoria histórica de las reuniones consultivas y ahí también vamos a revisar qué es lo que tenemos en ese sentido en nuestras bases de datos. En el pasado se ha trabajado en conjunto con algunos países en algunos proyectos en cuanto a material histórico. Vamos a ver si podemos seguir trabajando en ese ámbito también, que creo que es relevante.
No hay que olvidar que la Secretaría es formalmente un órgano de la RCTA cuyo propósito es asistir a las Partes en todo lo que ellas requieran. Son, en definitiva, los Países Consultivos los que establecen las prioridades políticas. Nosotros proporcionamos insumos a través de diversos documentos, orientados a facilitar las discusiones entre las Partes.
- En su presentación en la Escuela de Asuntos Internacionales Zona Centro Sur Austral usted mencionó varios desafíos globales de la Antártica, que tienen el denominador común del impacto del ser humano en este continente. De estos desafíos, ¿cuál ve como más complejo?
FB: Todos los desafíos tienen sus complejidades y esas complejidades son de distinta naturaleza. Hay que decir que el continente antártico es uno de los lugares geográficos donde más se ven los efectos del cambio climático. Pero también hay que reconocer que el recalentamiento global tiene sus causas fuera del continente, no son propias de la Antártica.
Uno de los desafíos que la reunión consultiva ha identificado es el del turismo antártico, que ha ido creciendo enormemente estos últimos años. Hubo un pequeño paréntesis en el tiempo del COVID, pero se ve que ha ido retomando dinamismo. Lo que contaba en el seminario del día de ayer, cuando yo asumí la primera vez la División Antártica en la Cancillería (2013), se registraban alrededor de 34.000 visitantes al año, que ya en esa época se consideraba bastante. Si vemos las cifras de la IAATO [International Association of Antarctica Tour Operators] en el última temporada estamos en 120.000 visitantes y se presume que va a continuar creciendo muchísimo. Entonces, hay evidentemente preocupación dentro del Sistema del Tratado Antártico con respecto al impacto que ello puede significar al frágil medioambiente antártico, en particular considerando que el 90 % de estas visitas se concentran en la región de la Península Antártica y los lugares visitados suelen ser los mismos.
- ¿Y cómo ve a Chile en estos desafíos globales? ¿Alguno que sea de preocupación particular?
FB: Todos estos desafíos para nosotros son sumamente relevantes por el interés que tiene Chile sobre todo en la península Antártica, pero también en el continente en general. Chile está en estos momentos en un proceso de modernización de sus bases, que creo que es sumamente importante para el crecimiento del programa científico nacional, pero también cuando estamos hablando de minimizar la huella humana que deja la ciencia, aunque no únicamente la ciencia.
También somos un país desde el cual se organiza turismo antártico, que es una actividad que está permitida por el sistema, el mismo protocolo medioambiental habla del turismo antártico. Es también un ingreso para la región de Magallanes y de la Antártica Chilena que no deja de ser significativo y con un potencial de crecimiento ciertamente interesante para la región. La discusión es cómo se va a regular esta industria, porque finalmente es una actividad económica, al igual que la pesca es una actividad económica en el océano Austral. Ahí es donde yo veo un rol específico para Chile de poder definir y defender sus intereses en esa área, incluyendo a través de propuestas con respecto a mejores prácticas, y contribuir efectivamente al desarrollo de un marco general para regular un turismo responsable, pero particularmente cuidadoso con el frágil medioambiente antártico.
- Usted también detalló los desafíos institucionales que tiene Chile en el tema antártico. Uno que mencionó era la coordinación interinstitucional. ¿Ve alguna debilidad en ese sentido?
FB: No es tanto una debilidad. Chile tiene una institucionalidad antártica sumamente fuerte y bien estructurada, en la cual se ha trabajado mucho en los últimos años. En particular, ahora tenemos un Estatuto Antártico, cosa que no teníamos antes, que regula bastante bien cómo las instituciones deben relacionarse entre sí y se hace cargo del tema de la protección medioambiental. A lo que yo apuntaba con las observaciones que hice en el seminario es que tenemos estos instrumentos y podemos sacarle mucho más provecho, sobre todo los de coordinación entre distintos ministerios y distintas instituciones. Ahí hay espacio para mejorar esa coordinación. Y hay espacio para también ser más creativo. Mientras mayor nuestra coordinación y mejor se definen las prioridades antárticas de Chile, mejor es nuestra participación en las instancias internacionales y mayor la influencia de Chile a nivel internacional.
- Otro desafío que usted mencionó en Chile era el del financiamiento.
FB: Ha habido en los últimos años una inversión significativa en el tema antártico, sobre todo en la región de Magallanes y de la Antártica Chilena, la que ha impulsado una serie de iniciativas. Estamos hablando del muelle en bahía Fildes, diversos proyectos de conectividad, la fibra óptica hasta la Península (en apoyo a las múltiples estaciones científica en la región), se va a renovar la pista de aterrizaje, y, por supuesto, el Centro Antártico Internacional. Realmente creo que habrá un antes y después una vez que se cree el centro, no solo para la colaboración científica internacional, sino también es una forma de traer la Antártica a Punta Arenas, a la región, para que se conozca mejor la realidad antártica.
A nivel global vemos que hay un cambio en cuanto a prioridades presupuestarias en algunos países. Estoy pensando también en algunos países desarrollados que tienen ahora otras urgencias de financiamiento y se anuncian posibles recortes en inversión en programas científicos en la Antártica. En ese sentido es importante que nosotros tratemos de mantener el camino que hemos emprendido en cuanto a inversiones y también en nuestro programa científico antártico.
- Y el último desafío que usted mencionó era el de la actualización del sistema jurídico.
FB: Tenemos una serie de instrumentos ahora que son relativamente nuevos. La última Política Antártica Nacional creo que se publicó en el Diario Oficial en octubre del año pasado, así que está fresquita. En mi opinión, es la política antártica mejor desarrollada a la fecha y perfectamente acorde a los desafíos actuales. En cuanto al Estatuto, también lleva solo un par de años y entiendo que se ha estado trabajando en los respectivos reglamentos que se requieren.
El tema antártico es un tema sumamente dinámico y de hecho el Estatuto Antártico se hace cargo de eso, en el sentido de que el mismo Estatuto exige que la Política Antártica Nacional sea revisada, al menos, una vez cada 10 años. Es un trabajo de seguimiento a la evolución del Sistema del Tratado Antártico y también a la evolución misma del sistema internacional que hoy está en transformación. Es un trabajo permanente.
La Política Antártica Nacional actual es nueva, recién publicada, pero tiendo a pensar que se van a tener que introducir algunos ajustes de aquí a algunos años más, incluyendo a través de su adaptación a los desafíos –tanto actuales como futuros– a los que se verá enfrentado el Sistema del Tratado Antártico. Es un trabajo de seguimiento permanente, donde hay un papel fundamental para la Cancillería, y donde hay que estar alerta a las novedades que se produzcan, sobre todo en la arquitectura del sistema internacional.