Esta foto se tomó en julio de 1902 por el fotógrafo de artistas, escritores y políticos G.C. Beresford. Virginia Woolf tenía 20 años y su padre, Leslie Stephen, 69. Leslie falleció dos años después.
Mi padre: Leslie Stephen
“Mi padre no puede ser descrito.
Era… sobre todo cuando tenía el pelo rizado detrás de las orejas, una figura muy llamativa, de hecho magnífica; bien vestido… muy delgado y alto y encorvado, con la barba suelta de modo que apenas se le veía la corbata.
Tenía ciertas pasiones dominantes. Salía con sus sándwiches a dar un tremendo paseo. Salía con algún hecho u opinión, sin importar quién estuviera allí. Y tenía opiniones muy fuertes; y estaba extremadamente bien informado. Por lo tanto, lo que decía se escuchaba con mucho respeto. Había algo que teníamos en común. «¿Qué has conseguido?», decía, mirando por encima de mi hombro el libro que estaba leyendo; y qué orgullosa me sentía yo, si daba su pequeño y divertido bufido de sorpresa, cuando me encontraba leyendo algún libro que ningún niño de mi edad podía entender. Yo era una snob, sin duda, y leía en parte para hacerle creer que era una niña muy inteligente. Y recuerdo su placer, cómo dejaba de escribir y se levantaba y se mostraba muy amable y complacido cuando yo entraba en el estudio.
Cuando leo sus libros tengo una visión crítica de él… No encuentro una mente sutil; tampoco una mente imaginativa; ni sugestiva. Pero sí una mente fuerte; una mente sana, fuera de la puerta, que camina por el páramo; una mente impaciente y limitada; una mente convencional que acepta por completo su propia norma de lo que es honesto, de lo que es moral.
Admiro a ese Leslie Stephen; y a veces… lo he envidiado. Sin embargo, no es un escritor por el que tenga un gusto natural… Tomo un poco de él medicinalmente, y a menudo se cuela, no un afecto filial, sino un afecto lector por él; por su valor, por su simplicidad, por su fuerza y despreocupación, y por el descuido de las apariencias.
Cuando Nessa y yo heredamos el gobierno de la casa [tras la muerte de mi madre], fue el padre tirano -el exigente, el violento, el histriónico, el demostrativo, el egocéntrico, el autocompasivo, el sordo, el atractivo, el padre alternativamente amado y odiado- el que me dominó…
Al igual que borré gran parte de la fuerza del recuerdo de mi madre al escribir sobre ella en Al faro, también borré gran parte de su recuerdo allí… Hasta que lo escribí, descubrí que mis labios se movían; discutía con él, me enfurecía contra él; me decía a mí misma todo lo que nunca le dije. Pero en mí, la rabia se alternaba con el amor. Sólo el otro día, cuando leí a Freud por primera vez, descubrí que este conflicto violentamente perturbador de amor y odio es un sentimiento común; y se llama ambivalencia.”
Virginia Woolf
Esta foto se tomó en julio de 1902 por el fotógrafo de artistas, escitores y políticos G.C. Beresford cuando Virginia Woolf tenía 20 años y su padre, Leslie Stephen, 69, para celebrar el reciente nombramiento de Leslie como Sir por su trabajo en el Diccionario Biográfico Nacional y antes de ser operado de cáncer. Leslie falleció dos años después.