“Gracias Zaida Catalán por haberte tenido entre nosotros” Conmovedor adiós de Fredrik Krohnman de Aftonbladet

Durante casi una década y media llegamos a ser amigos.

Tanto tiempo.

Ahora parece que fue un segundo.

¿Cómo se pone palabras a la amistad y la cercanía perdida?

No sé.

Por lo tanto, voy a tener que pedir prestada palabras a otras personas.

«Ella sonríe a todas las imágenes publicadas,» escribió a un amigo en Facebook.

Recuerdo una soleada tarde de verano mientras estábamos sentados  en un balcón en Estocolmo. De repente ella se detuvo y fijó sus ojos en un abejorro que bailaba alrededor de un macetero de flores.

Ella observó y dijo que era lindo. Zaida vio la belleza en lo que la mayoría de nosotros pasamos por alto. Se echó hacia atrás y recibió con placer los rayos del sol y ella se iluminó con una sonrisa. Su sonrisa hizo  más cálido el mundo.

«Mientras que el resto de nosotros estábamos hablando de salvar el mundo, Zaida salió y trató de hacerlo», escribió otro amigo.

La abogado, feminista, activista de los derechos humanos. También la hija, hermana, amiga. Siempre en una búsqueda desinteresada para hacer del mundo un lugar mejor. En lo pequeño. En el encuentro con otras personas. En lo grande, con todo el mundo como un lugar de trabajo.

«Ella fue exitosa en todos los campos», escribió otra voz.

Zaida separaba  siempre a las personas de las cosas. Y ella siempre tenía cosas buenas para compartir. Convivir con Zaida fue siempre entretenido y desafiante. A veces incluso agotador, pero nunca impositivo. Pues ella tenía una rara habilidad para hacer reflexionar sobre su propio punto de vista, mirar hacia adentro y examinarse a sí mismo.

Sus pensamientos y palabras siempre fueron una revelación. Hablamos el día antes de que desapareciera.

Elige siempre la vida, me dijo. Ella lo hacía sonar fácil. Palabras que no son posibles de obviar. Y sin embargo, somos tan pocos que se atreven a hacerlo.

«Dejas un vacío en mi alma que nunca será llenado», escribió uno de sus mejores amigos en Facebook.

La luz más brillante que he conocido se ha quemado y es demasiado pronto. Pero incluso si ha dejado este mundo, Zaida siempre estará con todos los que la hemos conocido.

Y quiero creer que si escuchamos el uno al otro palabras sobre Zaida, juntos podemos llegar a ser lo suficientemente fuertes como para escuchar sus palabras en nosotros. Y volver a atrevernos a escoger la vida de nuevo.

Descansa en paz, querida amiga. Y gracias por haberte tenido entre nosotros.