01 - agosto - 2025

“El Carretero de la Muerte” de Selma Lagerlöf por Elin Wägner. Traduce Omar Pérez-Santiago

Elin Wägner fue escritora sueca. Como integrante de la Academia Sueca nominó a Gabriela Mistral al premio Nobel en 1945.

LA FRONTERA ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE

Por Elin Wägner.

Traducción de Omar Pérez-Santiago

 Sé cómo funciona la escritura. Creo que es oscura. Una vez escrito un libro, no sé cómo me comporté. Es como si alguien más lo hubiera escrito por mí.

Estas palabras las pronunció Selma Lagerlöf en una entrevista. En ningún otro lugar encajan mejor que en relación con la novela El Carretero de la Muerte en 1921. Es sorprendente que El Carretero de la Muerte llegue justo en este momento. No parece ser escrita por la gran y afamada escritora Selma Lagerlöf. Una escritora que recién volvía a Suecia tras viajes triunfales a Finlandia y Rusia, asistió a la reunión de jóvenes de Värmland en Arvika y a la reunión de escuelas nórdicas en  Porla en Närke, donde asistieron predominantemente mujeres. Como granjera, disfrutó de la primavera más gloriosa y se regocijó con la cosecha más memorable desde 1908.

Además, sorprende que haya abandonado el plan literario que tenía desde hacía tanto tiempo: escribir una crónica familiar en varias partes. Su principal interés se ha desviado de las historias de Mårbacka hacia otra dirección.

Selma Lagerlöf había representado en varias ocasiones la intervención de los muertos en la vida de los vivos, por ejemplo, en El dinero del señor Arne. Ahora lo retoma desde una perspectiva diferente, pero lo conecta con otro motivo que ya lo había utilizado en 1899 en el Cuento de una casa solariega,  a saber, la existencia en la frontera entre la vida y la muerte.

Lagerlöf le escribió a su editor  Karl Otto Bonnier que algo parecido a Un cuento de Navidad de Dickens se le había ocurrido, pero que su relato se había vuelto pesado, serio y fantástico.

El impulso externo para comenzar la obra provino de la Sociedad Nacional Contra la Tuberculosis, que necesitaba su ayuda en sus actividades educativas, razón por la cual el villano y el héroe de la obra también tienen un pulmón destrozado, y la hermana del Ejército de salvación de un barrio de un suburbio contrae la enfermedad cuando remienda un abrigo, que está infestado de bacilos. El carretero, por otro lado, que tiene que conducir el coche fúnebre durante un año entero porque falleció a las doce de la noche en Nochevieja, proviene directamente de un cuento popular bretón, narrado por Anatole Le Braz en La leyenda de la muerte en la Baja Bretaña en 1893.

El coche fúnebre ha entrado en el cementerio de Landskrona, y es allí donde el cochero recoge a David Holm, el maltratador de su esposa. Los modelos a seguir para él, para su desafortunada esposa y para la hermana del Ejército de Salvación de los suburbios pueden haber vivido en la ciudad durante la época en que Selma era maestra. Estaba tan interesada tanto en los barrios bajos como en sus actividades literarias. Pero al mismo tiempo, hay algo del ardiente amor de Mathilda Wrede, finlandesa conocida por ser una precursora en la rehabilitación de prisioneros,  por los perdidos en la Hermana Edith.

Bajo las manos de Selma Lagerlöf, todos los ingredientes superficialmente incompatibles se transforman en un gran poema.

También podría expresar la misma relación con las palabras que «se divirtió mucho mientras escribía».

Los acontecimientos del libro transcurren en Nochevieja en Landskrona.

Mientras el cuerpo de una  hermana del Ejército de Salvación  de un suburbio libra su última batalla, su alma se propone salvar a David Holm, a quien ama. Él también se encuentra en la frontera entre la vida y la muerte. El Carretero de la Muerte, por usar una expresión antigua, ha desafiado a David a salir de su cuerpo y lo ha obligado a acompañar el coche fúnebre hasta cinco personas que, por instigación de David, están ahora al borde de la muerte, y la Hermana Edith es una de ellas.

Las sensaciones de David cuando su alma se encuentra atada a un cuerpo inmóvil, sobre el cual su voluntad no tiene poder, cuando entonces, liberado del cuerpo, se ve obligado a emprender su viaje de penitencia y finalmente tiene que regresar a él, tienen muchos paralelos en historias de extrañas experiencias humanas. Pero hay que buscar una representación donde el entorno cotidiano se abra con tanta naturalidad y permita que el mundo invisible se hunda en él, de modo que uno sepa constantemente que se encuentra a la vez en Landskrona y en la frontera entre la vida y la muerte.

Se encuentra también en la frontera del amor.

En el caso de la Hermana Edith, el amor terrenal y el sobrenatural se funden por breves instantes en una poderosa llama de éxtasis que no pertenece ni a la tierra ni al cielo, sino solo al enigmático estado intermedio.

En este viaje dentro de la frontera, Selma ha tenido una compañera a quien llama su persona interior oculta.

Ha visto cómo fuerzas irresistibles purifican y reconcilian incluso a los más miserables, aunque en términos muy duros, y se ha convencido de la inmortalidad del alma.

¿Qué es todo el tormento que sufro?, dice el carretero  Jorge, ¿qué es todo el tormento que me espera, comparado con esto de que ya no estoy en la incertidumbre sobre lo único que es importante saber?

Te doy gracias, Dios, por haber salido de la oscuridad de la vida terrenal. Te alabo y te alabo en toda mi miseria, porque ahora sé que me has dado el don de la vida eterna.

Hasta aquí la figura poética.

En su calidad de Selma Lagerlöf escribió a su gran amiga Valborg Olander:

La nueva religión, que hará que lo espiritual sea tan demostrable y tangible como lo material, aún no está lista.

 

Texto del libro Selma Lagerlöf II de Elin Wägner, 1943. Traducción de Omar Pérez-Santiago

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