11 - septiembre - 2025

El color carmesí y el lienzo emocional en Gritos y Susurros, la película de Ingmar Bergman de 1972

Por Paul Merton.

Gritos y susurros (título original: Viskningar och rop) es una película sueca de 1972 de género dramático con guion y dirección de Ingmar Bergman, y con Harriet Andersson, Kari Sylwan, Ingrid Thulin y Liv Ullmann en los papeles principales. El largometraje, ambientado en una mansión de finales del siglo XIX, trata sobre tres hermanas y una sirviente que luchan contra el cáncer terminal de una de ellas.

El color carmesí en las habitaciones de la película Gritos y Susurros de Ingmar Bergman simboliza una serie de temas complejos y poderosos:

  • Violencia psicológica y física: El rojo intenso evoca la sangre, el dolor y la violencia, representando el sufrimiento emocional y físico de las hermanas. Este color refleja la cruda realidad de la muerte y la enfermedad que acechan a Agnes.

  • Pasiones reprimidas y erotismo: El carmesí también alude a la pasión, el deseo y la sexualidad, temas que a menudo son reprimidos en la película. Las relaciones complejas y a veces destructivas entre las hermanas y sus sirvientas se ven teñidas por esta simbología.

  • El inconsciente y la memoria: El uso del carmesí en las habitaciones, a menudo en contraste con los vestidos blancos de los personajes, crea un espacio onírico que representa la psique de los personajes, sus miedos, recuerdos y traumas.

  • El útero y la vida: El carmesí también puede ser visto como una representación del útero, un lugar de origen y, al mismo tiempo, de confinamiento. Este simbolismo se vincula con la opresiva dinámica familiar y la inescapable conexión entre las hermanas.

El color es un elemento central y no solo decorativo en la película, funcionando como un personaje más que amplifica el drama psicológico y la claustrofobia emocional que sienten las protagonistas.


Contexto cinematográfico

Bergman, junto con su director de fotografía, Sven Nykvist, optó por el carmesí para que sirviera como un lienzo emocional, saturando la pantalla con una atmósfera de angustia, intimidad y dolor. La película es un estudio de la psique humana y las dinámicas familiares, y el uso del color es esencial para transmitir el estado mental de los personajes. El carmesí se utiliza para contrastar la frialdad exterior de la mansión con el intenso drama que se desarrolla dentro.

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